LA LITERATURA PARAGUAYA CONTEMPORÁNEA
Por MARIBEL BARRETO
Constituye
para mí un honor y a la vez un placer presentar en esta ocasión de la Feria del
Libro en la ciudad de Buenos Aires algunos aspectos de la literatura para guaya
en la actualidad, lo cual impone una delimitación del tema, dada su extensión.
Consideraré el contexto sociocultural en que se sitúa el escritor, el campo
editorial y el mundo de la creación.
Las circunstancias políticas y económicas en el Paraguay de hoy día impulsan en forma progresiva la difusión de las obras en el exterior. Nuestro país va perdiendo poco a poco esa actitud de sometimiento y de miedo a la libertad que marcó la larga dictadura. Esta era democrática favorece la libre circulación de ideas. Las ventajas económicas del Mercosur para el Paraguay, en el aspecto cultural, deberían favorecer el intercambio intelectual, lo que sin duda conlleva la propagación de nuevas corrientes del pensamiento; sobre todo, favorecerá la configuración de una mentalidad menos restringida, más abierta para romper el aislamiento cultural que ha caracterizado la vida de nuestro país. El esfuerzo desplegado por algunos intelectuales para destruir las barreras de la mediterraneidad es innegable, se van abriendo nuevas sendas para el desarrollo de una literatura que comunica experiencias universales, sin abandonar, desde luego, los temas nacionales.
A pesar de los esfuerzos desplegados por los escritores, la literatura paraguaya sigue siendo poco conocida en el exterior. Es escasa la cantidad de autores cuyas obras han trascendido las fronteras de nuestro país. Se conocen pocos estudios críticos dentro del país o en universidades extranjeras sobre la narrativa o la poesía paraguaya de la actualidad. Sin embargo, nuestra literatura ha progresado cualitativa y cuantitativamente, aunque todavía no llega al lector extranjero, como es el anhelo de escritores y escritoras; tampoco se logra la atención de la crítica extranjera a causa de la escasa divulgación, desde luego, que en algunas universidades norteamericanas, alemanas o francesas existen estudios, pero éstos no son difundidos en nuestro medio.
Con el auge de las comunicaciones y de la globalización, el aislamiento ya no se justifica; es una realidad que se va imponiendo en el país, que los intelectuales conocedores de las peculiaridades de su pueblo, también estén empapados de las corrientes filosóficas, sociológicas o políticas predominantes en el mundo actual.
Las nuevas generaciones poseen conceptos culturales de avanzada, mediante viajes y estudios en universidades del exterior han adquirido una formación más sólida con las lecturas de autores extranjeros y han comprendido la necesidad de escapar de la mediocridad y del aislamiento internacional. Además, hoy día el país ya tiene una visión más actualizada de la sociedad y cualquier esfuerzo para que el Paraguay se conecte con el exterior será favorable. Los paraguayos vamos perdiendo nuestra visión endogámica del mundo, los jóvenes de esta generación se informan mejor y van descubriendo culturas diferentes gracias a las redes informáticas.
En el Paraguay, durante las sucesivas dictaduras, se había desarrollado una cultura autoritaria muy fuerte, que miraba al escritor como enemigo del poder, lo que se reflejó en la falta de libertad para producir; aún en la actualidad, la política sigue siendo un problema para la difusión de la cultura. Los vaivenes políticos, lejos de provocar en los habitantes la indiferencia, acrecientan su interés hacia la política, que está presente en las conversaciones cotidianas de las personas, aunque en el fondo subsiste cierto temor para expresar abiertamente los verdaderos pensamientos. El interés por la política hace que la gente lea más los diarios que los libros, habiéndose convertido la prensa en el medio de información preferido de los paraguayos, lo cual gravita en la cultura individual; por tanto, la influencia cultural ha sido desplazada por la información periodística. Aquello que no esté presentado en los medios periodísticos tiene dificultades para integrarse a la cultura de los individuos, que prefieren la prensa o la informática antes que la lectura de un libro. Es innegable que los ingentes esfuerzos de los medios de prensa para la publicación de obras de autores consagrados, constituye un aporte bibliográfico importante para los estudiantes y educadores.
Los gobiernos y las clases gobernantes, hasta hace poco no consideraban las obras literarias como parte del patrimonio nacional. El pueblo pobre económica y culturalmente tampoco las considera corno un bien necesario, precisamente porque no contribuye a su subsistencia. Como consecuencia, podernos deducir que los productos literarios, hoy por hoy, no son considerados como aportes económicos, es decir, son valorados corno hechos sociales de menor importancia, lo cual se revela en las cifras de ventas de las ediciones: no sobrepasan los mil ejemplares en narrativa y quinientos ejemplares en poesía.
La manipulación de la historia trajo como consecuencia que el pueblo tuviese una dimensión ficticia del pasado, corno sucede con la figura de los dictadores presentados como prototipos, pero los sectores de la población joven y más culta cuestionan el hecho de que los dictadores se autoproclamen héroes dignos de admiración por el hecho de creerse herederos del pasado para favorecer sus intereses políticos.
La falta de interés del pueblo por la lectura y la ausencia de una clase burguesa, a causa de la destrucción de la clase media en la guerra civil del 47, fue un revés para la literatura y las artes, pero los escritores en el exilio crearon obras poéticas o narrativas que estuvieron a la altura de las de los demás países.
Durante los últimos años ha habido una expansión del género narrativo en cuanto al número de obras. Los autores como AUGUSTO ROA BASTOS, GABRIEL CASACCIA, RUBÉN BAREIRO SAGUIER han situado a la narrativa paraguaya en el ámbito internacional, pero aún hoy día, los escritores jóvenes y otros no tan jóvenes deben conformarse con las publicaciones internas y seguir esperando el reconocimiento exterior.
Con el avance tecnológico, poco a poco, el país está perdiendo su mediterraneidad y es preciso que las editoriales paraguayas se conecten a alguna red internacional de distribución de libros, para que las grandes editoriales mundiales miren con interés la producción de los escritores y escritoras del Paraguay.
Debo agregar además la debilidad de la crítica literaria. La Universidad Nacional no forma críticos y aún no existe un departamento de investigación literaria. Profesores que han desarrollado su labor en el extranjero como HUGO RODRÍGUEZ ALCALÁ, OSVALDO GONZÁLEZ REAL, y JUAN MANUEL MARCOS, aunque realizan una labor investigativa no es permanente, con excepción de TERESA MÉNDEZ FAITH y ENRIQUE MARINI PALMIERI, ambos residentes en el exterior. Los dos últimos han desarrollado la crítica por un tiempo y luego requeridos por otros menesteres la han postergado. Raúl Amaral, argentino de origen, pero con una larga permanencia en nuestro país, ejerció la crítica y publicó trabajos de muy alta calidad, así como FRANCISCO PÉREZ MARICEVICH ha desarrollado trabajos meritorios sobre obras y autores paraguayos, pero en general, la investigación rigurosa es bastante escasa, los estudiantes universitarios deben recurrir a los prólogos de las obras que no siempre son muestras de trabajos estructurados con técnicas avanzadas.
Necesitamos que se formen equipos de investigación literaria en las universidades, las cuales destinan sus escasos recursos preferentemente a las carreras técnicas. Conviene cimentar una tradición de crítica literaria científica, aunque sólo sea un esfuerzo individual, que los autores la irán enriqueciendo paulatinamente.
** En el país, los programas de literatura del nivel medio o secundario son dirigidos por el MEC. Las innovaciones últimas son positivas, el enfoque de la enseñanza de la literatura favorece el contacto con el texto literario antes que la historia de la literatura.
A partir de los años 80, venimos asistiendo a tres fenómenos importantes: la consolidación de la novela en el Paraguay, el éxito de la narrativa femenina y el repliegue del tema rural, porque los narradores optan por unos géneros más actuales, incluso la ciencia-ficción, lo que significa la incorporación progresiva a las corrientes universales. Podemos argüir que actualmente la narrativa paraguaya con un mínimo de publicaciones y tendencias se aproxima a la de otros países en cuanto a calidad. Desde los años 80 es más fácil apreciar las causas externas a la producción de textos literarios que ayudaron a impulsar un mayor número de editoriales. La creación de nuevos talleres literarios y en particular los destinados al cuento, a más de la convocatoria a concursos incentivan la creatividad de los jóvenes, hecho que valoramos positivamente.
Es perentorio que se defina una política cultural coherente que motive los proyectos editoriales desinteresados como aquel ideado por Don AUGUSTO ROA BASTOS en 1989 cuando obtiene el Premio Cervantes de las letras españolas y anuncia la creación de Fundalibro, un fondo editorial, para equipar bibliotecas con obras de autores paraguayos, tendría que surgir un nuevo interés por resucitarlo.
La literatura que aparece después de la era stronista en este tiempo que vivimos, signado por el pragmatismo, el enjuiciamiento de las manifestaciones culturales vigentes, encuentra la expresión directa de los estados de conciencia, la inconformidad con la realidad, lo cual caracteriza la poesía de nuestro tiempo.
Los
escritores proscriptos de su propia tierra a causa del extrañamiento forzoso,
inician su proceso hacia el año 1945 y se va acentuando más en las décadas
sucesivas, el exilio ya no es solamente el destierro real sino el interno que
impide que la literatura sea expresión cíe la realidad a causa de las
limitaciones autoimpuestas por los propios creadores, el exilio a causa de la
guerra civil o las persecuciones políticas marca los desgarramientos vividos
por el escritor paraguayo y sobre todo, cine el desarrollo cultural se ha visto
desarticulado como consecuencia de los sucesivos movimientos migratorios.
El diálogo con el yo, el buceo del subconsciente para determinar la raíz del dolor, del desengaño, la desilusión así como el retorno a una mirada optimista hacia la vida, el ser social y la búsqueda de la felicidad y el amor en JACOBO RAUSKIN, WILLIAM BAECKER, FERNANDO PISTILLI, AUGUSTO CASOLA, CATALO BOGADO, JOAQUÍN MORALES y JORGE GÓMEZ RODAS entre otros.
ELSA WIEZELL nos ha brindado varios volúmenes considerable de obras que demuestran su preocupación humanista. Poesía intelectual, filosófica, en la cual laten el destino del hombre, la lucha entre el bien y el mal y el eterno tema del amor.
Espíritu sensible, justeza y sobriedad, en GLADYS CARMAGNOLA. Preocupación por el ser humano y vitalidad en las imágenes, y autenticidad, campean en los textos poéticos de NILA LÓPEZ. Los temas de carácter ecológico en RAQUEL CHAVES, RENÉE FERRER. El erotismo enAMANDA PEDROZO y la poesía amatoria en DELFINA ACOSTA y el estallido pasional en MARÍA EUGENIA AYALA CANTERO y el acendrado humanismo palpitan en los versos intimistas, con obsesión de transparencia, en los poemas de LOURDES ESPÍNOLA.
El impacto de las coordenadas espacio-temporales y las preocupaciones sociales y por ende históricas enmarcan la poesía de LUIS MARÍA MARTÍNEZ, CARMEN CASARTELLI y MIGUEL ÁNGEL CABALLERO FIGÚN.
** Los regímenes militares condicionaron el campo literario y el discurso de poetas y escritores, a la par que trasladaron a la ficción los temas por medio de la recreación de los recuerdos; la valoración de la memoria colectiva como fuente del acercamiento de los hechos y su posterior simbolización. Esta preocupación por perpetuar el recuerdo mediante la forma simbólica encontramos en la poesía de RUBÉN BAREIRO SAGUIER y de RENÉE FERRER.
El mito y los textos legendarios ya no constituyen el eje de las creaciones tanto en la narrativa como en la poesía, en lengua castellana. Escritores y escritoras en con tacto con las obras y los autores foráneos van integrándose a la corriente de la cooperación cultural con el fin de lograr la atención de la crítica literaria.
En el
firmamento de la narrativa fulguran nombres como CASACCIA, AUGUSTO ROA
BASTOS, siempre vigentes, y los de RUBÉN BAREIRO SAGUIER, RAQUEL SAGUIER,
RENÉE FERRER, ya clásicos, las escritoras del taller Cuento Breve, DIRMA
PARDO CARUGATI, LUISA MORENO, MAYBEL LEBRON, MARGOT MICHELAGNOLI, todas
ellas creadoras infatigables, cabe agregar los nombres como MARÍA IRMA
BETZEL, MARÍA EUGENIA GARAY, MILLA GAYOSO y ADRIANA ALMADA.
La novela histórica de GUIDO RODRÍGUEZ ALCALÁ, voz crítica que cuestiona hechos y personajes de la historia, con agudeza de ingenio, desmitifica la historia del Para guay para explicar el presente. La novela de LUIS HERNÁEZ, uno de los novelistas actuales que emplea la pluralidad de voces narrativas y aplica técnicas innovadoras y experimentales. Existen rasgos de la novela erótica en JUAN MANUEL MARCOS. La búsqueda de la dignidad personal del ser humano y sobre todo de la mujer en SUSANA GERTOPAN, novelista prolífica.
Obra
localizada ya en la transición democrática es la novela de ANDRÉS COLMÁN
GUTIÉRREZ, cuya trama analiza la situación del indígena y la del campesino, en
el con texto de la sociedad rural; la progresiva pérdida de la identidad del
país sometido a la violencia.
La preocupación por la penetración silenciosa de brasiguayos, la pérdida de nuestros recursos naturales, negocios sucios y crimen organizado se descubren en los cuentos y en la novela de MARIBEL BARRETO.
El hecho de tener que autofinanciarse, impide la aparición de publicaciones de nuevos escritores, por su costo, aunque existen varios autores con producciones aún inéditas que necesitan surgir. Existe una generación de jóvenes narradores como IRINA RÁFOLS, MIRTA PIRIS, ANDRÉS LOBO, CAROLINA CANESE, MÓNICA BUSTOS, EVER MEDINA, RAÚL FIGUEREDO, EDUARDO FILIPPI, PAULA AGUILERA ODDONE, que han publicado últimamente a quienes auguramos una trayectoria luminosa en el campo de las letras paraguayas.
La
producción literaria en nuestro país, aunque cuantitativamente inferior a la de
sus vecinos, cada día aumenta en calidad en cuanto a los aspectos técnicos y
humanos; por la actualización temática y estilística que le asegura una
evolución ascendente a más de tender hacia una universalidad cada vez mayor.
Remarcamos que la literatura paraguaya se encuentra en una etapa de expansión, se está configurando un nuevo contexto sociocultural. Esperamos suscite suficientes motivaciones para que narradores y poetas desarrollen su genio y su estro; en un Paraguay distinto donde ellos puedan forjar por medio de su pluma los cambios esperados por generaciones de intelectuales y de un público lector que poco a poco va aficionándose a la lectura y empieza a apreciar las voces de quienes saben interpretar sus anhelos.
Fuente: “REVISTA DEL PEN CLUB DEL PARAGUAY. POETAS – ENSAYISTAS - NARRADORES”
IV ÉPOCA - Nº 13. Arandurã Editorial,
Asunción-Paraguay, Agosto 2007.
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